La calidad de la enseñanza (parte 2)
III- ACERCA DEL CONCEPTO DE CALIDAD DE LA ENSEÑANZA
Tedesco se va a referir en su conceptualización sobre la calidad de la enseñanza, basicamente a dos aspectos a saber:
En primer lugar, se refiere a los aspectos específicos del proceso de aprendizaje (donde calidad se mide por logros cognitivos) y a los aspectos institucionales y sistemáticos (donde la calidad se mide por logros en términos de productos sociales tales como correspondencia con el mercado de trabajo, desempeño ocupacional, etc.)
En segundo lugar, la definición de calidad es una construcción histórica, es decir, lo que se valora como cualitativamente alto o bajo cambia según los contextos históricos y los intereses sociales que se consideren.
Los enfoques vigentes en la década 1960-1970 (asociados a las teorías de la Universidad tradicional. Destacándose dos aspectos: primero, estos enfoques concebían al Estado y/o a las figuras centrales de la administración universitaria como los actores principales de las innovaciones y de los cambios. Docentes y estudiantes eran asociados al tradicionalismo, ya sea por sus características conserbadoras o revolucionarias.
Segundo, la calidad de la enseñanza era concebida a partir del grado de adecuación a los requirimientos del aprato productivo y el patrón para medir la misma esta constituído por los estandares vigentes en los países desarrollados.
Por otra parte, los enfoques modernizadores de transformación universitaria fueron cuestionados por una concepción crítica, apoyada en la teoría de la dependencia desde el punto de vista estructural y en los diversos enfoques reproductivistas desde el punto de vista especificamente educativo.
Una crítica que ve a la Universidad como un aparato ideológico del Estado, que tiene como propósito la reproducción de las relaciones de producción, es decir, las relaciones capitalistas de explotación, donde las habilidades (manuales e intelectuales) que se inculcan están recubiertas por la ideología dominante. Donde cada grupo está practicamente provisto de la ideología que conviene al rol que debe cumplir en la sociedad de clases. De este modo la educación superior va a proveer de agentes de la explotación (saber mandar y hablar a los obreros) o de profesionales de la ideología que saben tratar a las conciencias con respeto, es decir, el desprecio, en chantaje, la demagogía conveniente, etc.
Es decir, parafraseando a Pierre Bourdieu, el trabajo pedagógico tiende a reproducir las condicones sociales de producción de los principios de una abritrariedad cultural, osea, las estructuras objetivas de las que es producto, por mediación del hábito como principio generador de prácticas reporductoras de las estructuras objetivas.
En suma, el deterioro de la calidad de la enseñanza puede ser concebido como un proceso de pérdida de capacidad de cumplir funciones sociales significativas: por un lado, pérdida de significado en términos del mercado de trabajo, expresada en la creciente devaluación de las credenciales educativas, por lo cual la función de la educación superior, especificamente a partir de la década de los 80, empieza a ser enjuiciada por su rentablidad (gasta más de 5 mil millones de dolares provenientes de las arcas fiscales extenuadas) y su habilidad para proporcionar acceso a los mercados de trabajo. Por el otro lado, la pérdida de significado desde el punto de vista político a partir de la derrota de los movimientos revolucionarios y, por último, pérdida de funciones desde el conocimiento, a partir del deterioro de la calidad académica.
IV- CALIDAD Y DEVALUACIÓN DE CREDENCIALESEste fenómeno ha sido señalado en el marco del vínculo entre educación y empleo. En tal caso se sostiene que el ritmo de crecimiento de la oferta de los recursos humanos calificados a través del sistema educativo es mucho más intenso que el ritmo de generación de puestos de trabajo.
Por lo tanto, cuando se saturan los puestos de cúpula, los más educados tienden a ocupar los puestos de trabajo que siguen en la escala ocupacional, provocando un desplazamiento hacia abajo en la distribución de la fuerza de trabajo según su nivel educativo.
Por otra parte, la devaluación educativa, se explica en términos de un descenso de la calidad de los aprendizajes realizados, que obligaría a los estudiantes a permanecer más años en el sistema educativo. El autor se apoya en las siguientes evidencias para afirmar esto:
-La tendencia a distribuir el mismo caudal de contenidos en mayor cantidad de años de estudio.
-La tendencia de incorporar nuevos contenidos curriculares como producto del avance científico.
-La tendencia al descenso en los esfuerzos financieros destinados a la educación, a la vez que se produce un incremento en la matrícula de alumnos.
V- CALIDAD Y SOCIALIZACIÓN POLÍTICA
Hay una pérdida de funciones desde el punto de vista político, es decir, que hoy la juventud universitaria y el movimiento estudiantil han dejado de ser la única y principal expresión de participación juvenil.
Entre los motivos principales se puede decir que el proceso de diferenciación institucional producido en la enseñanza superior tendió a romper la homogeneidad de la categoría social de estudiante y creó condiciones donde la posibilidad de articular intereses comunes es muy difícil.
Otro motivo podría ser que actualmente el estudiante parece cada vez más un estudiante parcial (antes se era estudiante de tiempo completo) que comparte el estudio con el trabajo y con otras actividades significativas fuera de la universidad.
Por su parte, el profesor y su vinculación con la universidad lo define profesional y ocupacionalmente en forma mucho más completa que en el pasado.
También, otro motivo igualmente importante a lo antes mencionado, es el hecho de la derrota de los movimientos políticos inspñerados en el activismo estudiantil. Como así también se ha producido una complejización creciente de la estructura social y de las formas de participación política en donde, por un lado, los estudiantes, ya no pueden aspirar, como en el pasado, a ejercer el liderazgo político en la sociedad, sin competidores. Por el otro, se han consolidado estructuras participativas que ejercen con más especificidad que el movimiento estudiantil el rol canalizar intereses sociales.